jueves, 14 de febrero de 2008

Historia de las sociedades y modelos de comunicación

Informe de Lectura

EL VINCULO MATERNO ELEMENTO ESENCIAL
PARA EL DESARROLLO Y SUPERVIVENCIA DEL NIÑO.

POR:
Alejandra Santacruz



En su libro La policía de las Familias publicado en Valencia- España por la editorial Pre-textos en 1979 Jacques Donzelot dedica un capitulo al tema de la conservación de los hijos durante los siglos XVIII Y XIX.

Donzelot estudia las causas de la alta mortalidad de los niños y las diferentes estrategias estatales que se generaban para evitar dicha problemática, el autor de este texto se basa en los estudios realizados por otros intelectuales en especial médicos, administradores y militares.

Es asombroso y triste visualizar como en siglos pasados la educación y desarrollo integral de los niños era un hecho absolutamente irrelevante en las sociedades además el sentimiento materno y la importancia de la vida familiar era un asunto inexistente.

Jacques Donzelot analiza principalmente tres causantes de las altas tasas de mortalidad de los niños y muestran detalladamente cuales eran las soluciones que se iban dando y cuando una fallaba cual era la que le seguía, así hasta llegar a la creación del papel de la madre como centro irremplazable para la buena educación de sus hijos.

Los tres causantes son en su orden: los hospicios, la crianza de los niños con nodrizas domésticas, la ineficiente educación de los niños ricos.

Con respecto a los hospicios el problema se centraba en que estos establecimientos no encontraban las nodrizas suficientes que pudieran cuidar y alimentar a los pequeños niños, y las que estaban eran demasiado incompetentes entonces los niños eran descuidados y muchos morían por desnutrición y virus.

La mujeres, unas por ocupación otras simplemente por gusto, entregaban la responsabilidad de criar a sus hijos a las nodrizas quienes en su mayoría eran campesinas que vivían lejos de la ciudad, para quienes se les era difícil cobrar y entonces optaban por educar a su vez a muchos niños, en este aspecto se centra la otra causal de muerte de los niños. Las nodrizas no contaban ni con tiempo ni con recursos para brindarle a cada infante lo que por naturaleza necesitaba para vivir.
Los médicos descubren en la lactancia de las nodrizas el por qué de los comportamientos de los niños de los ricos, explican que a través del alimento se trasmite la maldad de estas mujeres cuyos motivos eran el interés y los odios. Donzelot para explicar mejor este aspecto cita a Bellexerd así “… extenuada por el trabajo, agobiada por la fatiga, la nodriza ofrece al niño un seno ardiente del que apenas sale un poco de leche agria y caliente” “… el esclavo, enemigo natural del amo, debe serlo de su hijo-“

Uno de los motivos por los cuales se necesitaban a las domesticas era que las jovencitas de la alta sociedad de la época vivían preocupadas por su aspecto físico y por verse bien durante las presentaciones y cuando se convertían en madres no sabían como criar a su hijos. Mientras que en el otro polo de la sociedad, es decir, en los pobres se denunciaba era la falta de apoyo del Estado y la mala administración de los hospicios “la ausencia de una economía social”

Dice Donzelot que “… es en la conexión que establecen entre el registro médico y el registro social, entre la teoría de los fluidos sobre la que reposa la medicina del siglo XVIII y la teoría económica de los fisiócratas” existe una relación directa entre la producción de la riqueza para mantener el Estado y entre el alma como puesto de control del cuerpo.

Lo anterior lo explica el autor solucionando el interrogante de ¿Por qué los campesinos y en particular sus hijos, que tienen una vida más difícil y una alimentación menos rica que la de los burgueses y los nobles, tienen, sin embargo, mejor aspecto?, dice el autor que “los campesinos no están sometidos a las mismas obligaciones estéticas. Porque en lugar de sufrir los artificios del vestido y del confinamiento disfrutan de los beneficios de un ejercicio regular, porque en lugar de entregarse a las pasiones se ven obligados, a causa de su trabajo, a llevar una existencia regular”

Por otro lado, en la sociedad del siglo XVIII los domésticos se encargan de crear una rivalidad entre las personas del campo y las de la ciudad comunicando desde su perspectiva los modos de vida de ambos lugares. Los hombres viajan a la ciudad huyéndole al servicio militar y allí trabajando de domésticos se casaban y tenían hijos que al no poder mantener los entregan al cuidado del estado, por su parte las mujeres del campo sin tener hombres con quien conformar una familia se dedican a ser nodrizas o viajaban también a las ciudades unas terminan prostitutas otras trabajan como domesticas.

Entonces, la estrategia que se genera en la época para conservar los hijos se basa en finalizar los perjuicios generados por la domesticidad a través de educación y principalmente obligar a los padres de familia a que sean ellos quienes eduquen a sus hijos. Es importante en este punto distinguir que las estrategias debían ser diferentes para ricos y pobres.

A las familias burguesas se les orientó desde la medicina y se trabajó el concepto de maternidad y la importancia de contar con un médico en la familia mientras que en los pobres se difundió lo que es denominado “economía social” es decir buscar las formas para que se disminuyeran los gastos sociales generados por su reproducción.

Antes del siglo XVIII la medicina no se interesó por la salud de los niños y las mujeres, esa era una labor de las `viejas` quienes eran un grupo de señoras que compartían sus saberes y los ponían en práctica, estas mujeres se enfrentan años mas tarde con los médicos quienes empiezan a preocuparse por el bienestar de las mujeres y de los niños. “Los principales puntos de enfrentamiento son la lactancia materna y la indumentaria del niño” explica Donzelot.

La madre se convierte en una aliada estratégica del medico quien busca que el niño se libere de todas las tensiones, pueda a través del ejercicio de su cuerpo desarrollar sus fuerzas, protegerse de lo que podría herirle física o mentalmente y vivir una infancia tranquila y acorde a su edad.

Ese triunfo sobre la medicina popular de las viejas les otorga a las madres un estatus social más alto y disminuye la fuerza del poder del hombre en la familia. “Esta promoción de la mujer como madre, como educadora, como auxiliar del médico, servirá de punto de apoyo a las principales corrientes feministas del siglo XIX” explica el autor.

Así pues la mujer va tomando cada vez más fuerza, se apropia de su papel de madre y descubre que posee capacidades que pueden contribuir positivamente a la sociedad.

Por su parte, siguiendo con el objetivo de conservar los hijos y el brindarles la seguridad para su desarrollo la medicina alerta a las familias sobre el trato y las condiciones que se les brinda a sus hijos en la educación pública, con el fin de que en la escuela los niños tengan también la libertad física y la protección que estaban recibiendo ya en sus casas.

Paralelamente mientras esto pasaba en las familias burguesas en los pobres con un alto grado de analfabetismo se buscaba frenar el abandono de los niños, controlar el aumento del concubinato, evitar el vagabundeo de los niños, establecer vigilancias directas.

Más adelante en el texto Donzelot explica la estrategia del Torno la cuál se dio a mediados del siglo XVIII por la preocupación por anudar el respeto a la vida y el respeto al honor familiar. “Este invento consistía en un cilindro que gritaba sobre su eje y en el que en un lado de la superficie lateral esta abierto y el lado cerrado daba a la calle y cerca de el había un timbre”, quien deseara abandonar un niño timbraba, colocaba al niño en la superficie ya abierta y se iba sin dejar rastro alguno. Aunque esta estrategia buscaba era que se disminuyera el abandono de los niños en las puertas de las iglesias y conventos en donde se morían antes que los vieran, no dio resultados favorables debido al aumento acelerado de niños abandonados, por ejemplo en el hospicio de San Vicente de Paúl se pasó de acoger de 312 a 765000 niños. El último torno desaparece en 1860.

Entonces la siguiente estrategia que tuvo que implementar el Estado fue crear un impuesto sobre el celibato y separar el registro de aquellos que podían servir para el servicio militar. Mas intrigados por el aumento en el abandono de los niños los administradores de los hospicios intensificaron las investigaciones y se dieron cuenta que muchos niños legítimos eran abandonados por sus madres, unos por extrema pobreza otras para que simplemente se los alimentaran y después se las arreglaban para que se lo dieran para criar, además que ya estaría recibiendo un sueldo.

Las madres comenzaron a ver sus hijos como un negocio porque no sólo se los estaban alimentando gratis sino que también les estaban pagando para que los criaran. Entonces en 1837 el ministro del interior, De Corbiere, lanzó una circular prescribiendo el desplazamiento de los niños a otros departamentos esto con el fin de que las madres no pudieran seguir cometiendo el fraude, sin embargo, la medida falló algunas reclamaron a sus hijos y los otros en su mayoría murieron por ese brutal cambio.

La solución fue entonces brindar un apoyo económico a las madres para el sostenimiento de sus hijos y de ellas, dicha estrategia se convirtió en un derecho legitimo para las madres viuda, las madres de familia numerosa, las madres obreras y las más necesitadas. Además apareció en 1865 un mayor control médico para los pobres con la aparición de sociedades protectoras encargadas de velar por la salud y la educación de los niños. Se crea así la madre de familia popular.

Otra estrategia que se implementó fueron campañas sobre la importancia del matrimonio, como base para traer un hijo al mundo y brindarle los recursos esenciales tanto físicos como emocionales que todo ser necesita para desarrollarse integralmente. “Restaurar el matrimonio es, al menos en una primera fase, el papel de las sociedades de patronato”

Sin embargo, el matrimonio se constituyo como un contrato realizado por algunas ventajas mas no se veía una transformación en el estilo de vida del obrero. El autor bien lo explica así: “Para el obrero el matrimonio está asociado a la adquisición de un ´estado´ (tienda, carnicería, oficio, terreno, etc.) favorecido por la dote. (…) Con la dote, la mujer compraba su posición social. Ya se tratase para ella de casarse o entrar en un convento”. Por su parte aquellas mujeres sin dote se dedican al trabajo domestico, a la prostitución o quienes deseaban conformar una familia se internaban.

Estas mujeres que se educaban en internados y conventos no estaban preparadas para sostener un matrimonio ni para la crianza de los niños además eran demasiados moralistas y esto causaba rechazo en los obreros. Entonces se opto por desarrollar la enseñanza domestica a las mujeres, permitirles tener acceso a un trabajo remunerado, crear carreras afines con su personalidad, reducir la rivalidad y competencia entre hombres y mujeres inscribiendo las carreras sociales de las mujeres como un seguimiento de su labor domestica, esta estrategia obligó a los hombres que se sentían desplazados por las mujeres a ser más responsables con sus trabajos y conseguir mejores puestos para que así la mujer volviera a los oficios de la casa.

El principal instrumento que reciben las familias de las capas populares en la segunda mitad del siglo XIX es la vivienda “social”. La familia ya tiene un lugar en el cual reunirse, la mujer ya tiene el sitio para llevar a su marido luego de sacarlo del bar.

Las viviendas sociales estaban diseñadas de manera tal que fueran lo suficientemente pequeñas para no tener espacio para huéspedes y lo suficientemente grande para que los padres tuvieran un espacio separado del de los hijos. Así mismo que habiten espacios higiénicos en los cuales se pueda desarrollar actividades como el estudio y la recreación.


Así pues la conservación de los hijos y el establecimiento de las familias modernas tienen como base a la mujer en ambas esferas sociales, en la burguesa con el objetivo de controlar a los domésticos y en lo popular queriendo alejar las tentaciones del mundo exterior: el bar y la calle. Entonces los niños en la sociedades burguesas crecen bajo una libertad marcada y protegida constantemente mientras que el niño popular se acostumbra a estar en la escuela y la vivienda familiar crece bajo una libertad vigilada.




Informe de Lectura del texto:
LOS RADICALES Y LA EDUCACIÓN de Gonzalo Cataño
LA EDUCACIÓN TOMADA POR LA RAÍZ

POR

ALEJANDRA SANTACRUZ

Colombia cuenta con un sistema educativo gracias a las propuestas impulsadas durante la segunda mitad del siglo XIX por los Radicales porque fueron ellos los más interesados en fundar escuelas, colegios y universidades que brindaran a la población los saberes necesarios para su desarrollo personal, familiar y universal.

Durante el periodo que comprende desde 1863 hasta 1886 durante el cual gobernaron los liberales conocidos como Radicales se visualizó un adelanto en la educación en Colombia, el leer y el escribir, se convirtió poco a poco en una necesidad para los colombianos en especial los niños y jóvenes quienes antes sólo se esforzaban en memorizar y recitar.

Como lo dice Gonzalo Cataño en el texto LOS RADICALES Y LA EDUCACIÓN antes de la época del Radicalismo “la tasa de analfabetismo en el país era casi del cien por ciento” los establecimientos escolares de las capitales eran visitados por pocos jóvenes a quienes sólo se les enseñaba a rezar, memorizar, recitar y comportarse en los círculos sociales a los cuales pertenecían.

El plan de estudios elaborado por el general Francisco de Paula Santander que consistía en fundar instituciones educativas no progreso debido a las grandes limitaciones del Estado. Fue en 1842 cuando el ministro Mariano Ospina Rodríguez logró que las tres universidades de la época, con rigor y disciplina, formaran como lo dice en el texto a algunos de los líderes del radicalismo. Sin embargo durante los años cincuenta y comienzos de los sesenta las guerras civiles y la inestabilidad política destruyeron las instituciones educativas existentes, la guerra no dejaba tiempo para que las personas asistieran a las escuelas, colegios y universidades a instruirse.

Otra problemática que plantea el autor en el texto es que la población en su mayoría campesina no veía la importancia de la educación, para ellos no era necesario saber leer y escribir, ya que, lo realmente importante eran sus trabajos en el campo y el sostenimiento de sus familias, a esta situación se tuvieron que enfrentar los radicales y lo hicieron en la los setenta con el “establecimiento de un sistema nacional gratuito y obligatorio de educación primaria para toda la población escolar”. Dicha transformación educativa se dio con la expedición de un texto muy importante que marca la historia de la educación en el país, EL DECRETO ORGANICO DE INSTRUCCIÓN PUBLICA DEL 1º DE NOVIEMBRE DE 1870, que cuenta con 249 artículos en los cuales se tratan los cambios que permitieron la construcción de una educación primaria que sentó las bases para el desarrollo del país hacia una sociedad civilizada.

Dicho Decreto publicaba además una revista titulada LA ESCUELA NORMAL, en la cuál se publicaban las noticias y textos relacionados con la transformación escolar.

Los aspectos de este Decreto que más destaco son: el fomentar en los niños los valores especialmente la verdad y el amor a la patria; sensibilizar sobre la importancia del ahorro y las matemáticas; el motivar a los maestros para que trabajaran la importancia de la industria; el defender una educación religiosamente neutra; introducir modelos pedagógicos prácticos y eficaces.

Los aspectos anteriores originaron un desarrollo notable en la economía del país puesto que la transformación educativa era sinónimo de una reforma en los hábitos de vida de la población y por ende una transformación del país. Gonzalo Cataño cita en el texto a diferentes personalidades relacionadas con el tema de la educación entre ellas al primer director general de Instrucción Pública quien fue ex presidente de la República, Manuel Mana Mallarino, quien en 1871 en un ensayo sobre la moderna economía de la educación decía que “el trabajo será inútil e improductivo si el espíritu no lo dirige” lo anterior refleja que los conocimientos prácticos que se adquirían en la escuela ayudaban a mejorar los métodos rudos e ignorantes de cultivo que tenían los campesinos.

Sin embargo a los radicales se les colocó una barrera grande en el proceso de transformación educativa, esta barrera estuvo integrada por la Iglesia, el partido conservador, los sectores más tradicionales y hasta los campesinos quienes se estaban quedando sin sus trabajadores “hijos” que estaban asistiendo a la escuela. El argumento de los que contradictorios era que ese sistema obligatorio iba en contra de la Constitución de 1863 según la cual no era posible forzar a los ciudadanos a educarse. Esta tensión entre radicales y opositores dio origen a la guerra civil de 1876 conocida como “la guerra de las escuelas” la cual generó la interrupción en la formación por dos años y cuando por fin se pudo renovar ya no existía el mismo espíritu e impulso de antes las ideas de escolarizar a toda la población llegó con la segunda administración de Rafael Núñez y la Constitución de 1886.

Gonzalo Cataño finaliza el texto de LOS RADICALES Y LA EDUCACIÓN destacando que durante el periodo que gobernaron los liberales se vieron importantes avances en las universidades como la fundación de la Universidad Nacional “En 1867 se fundó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, con un fuerte énfasis en las ciencias naturales y de artes y oficios” .














¿POR QUÉ NO SOMOS DESARROLADOS?



POR
Alejandra Santacruz Arenas



Un análisis al texto `El estado y la política colombiana en el siglo XIX´




El documento El estado y la política en el siglo XIX de Álvaro Tirado Mejia ayuda a comprender la situación actual de nuestro país, gracias a la recopilación detallada de los hechos históricos que han marcado la economía, la política y la sociedad Colombiana.

Comprender el por qué a pesar de las ventajas territoriales, las riquezas naturales, la fuerza laboral y el espíritu de la gente, el país es subdesarrollado y presenta infinidad de problemas de todo tipo.

Este texto invita al lector a viajar por Colombia en el siglo XIX a observar con detenimiento y argumentos los diferentes cambios y sucesos que ocurrieron en todo un siglo. Desde la repartición del territorio colombiano, la forma en que trabajaban las personas, los orígenes de los partidos políticos, la hegemonía liberal, el periodo de federalismo, el papel de la religión en todos los aspectos sociales, las guerras civiles hasta la regeneración que se dio en el país durante el gobierno de Rafael Nuñez en el cual Colombia se convirtió en una república unitaria y desaparecieron los estados independientes.

Visiblemente Colombia es un país con una variedad de culturas y mestizajes, de creencias, religiones y pensamientos. Lo reprochable es que los intereses de algunos poderosos opaquen el sentimiento de progreso y libertad de muchos que anhelan salir adelante con un trabajo digno, logrado por sus conocimientos y las oportunidades que debería brindar el Estado.

Un Estado gobernado exclusivamente por personas educadas y adineradas, pertenecientes a familias de descendencia española o extranjera, quienes consideraban entre otras cosas, que era necesario tener esclavos que les sirvieran en todo y que las mujeres no tenían derecho a educarse ni a opinar sobre las grandes decisiones, era un Estado que no tenia según mi perspectiva un futuro alentador que brindar para las nuevas generaciones.

En Colombia (siglo XIX) el desarrollo no sólo se suspendía repetitivamente sino que también vivía en un continuo retroceder, es decir, los avances que se lograban durante un periodo gobernado por Liberales eran después anulados cuando llegaba a la presidencia una persona afín al partido conservador y viceversa.

Además una educación impartida sólo por los Religiosos Católicos que venían de España quienes eran los que tenían más acceso a los libros y que brindaban unas enseñanzas enfocadas a la evangelización y a los saberes básicos, no permitía que se dieran avances tecnológicos y científicos. Por lo anterior creo que muchos genios colombianos quedaron frustrados al ver limitados sus potenciales.

En fin es lamentable saber que Colombia contó en diferentes momentos con las oportunidades para desarrollarse íntegramente y que las voces de aquellos que buscaban a través de la revolución ese desarrollo no fueron escuchadas, es mas me atrevo a asegurar que los problemas que hoy vive Colombia son el fruto de las inconformidades y las injusticias que todavía llevan en sus corazones los hijos de aquellos seres que durante el siglo XIX fueron sumamente despreciados y no escuchados.











Compañeros.
Este texto de Jorge Orlando Melo considero que nos ayuda a contextualizar más sobre lo que estamos trabajando en Historia de las Sociedades (…).


MELO, Jorge Orlando. Al lector. EN: Reportaje de la Historia de Colombia. 158 documentos y relatos de testigos presenciales sobre hechos ocurridos en cinco siglos. Editorial Planeta, Bogotá, Colombia, 1989, Pág. 9-11.


INTRODUCCIÓN AL LIBRO “Reportaje de la Historia Colombiana”
* Del descubrimiento a la Era Republicana

AL LECTOR


En el esfuerzo por reconstruir el pasado, ningún tipo de documento es a primera vista tan atractivo como el testimonio directo de un protagonista o testigo. Mientras que otro tipo de señales de épocas antiguas- los papeles notariales, los libros de cuentas, incluso las herramientas o los cambios en el paisaje permiten elaborar imágenes más exactas de la estructura de una sociedad o de los pequeños cambios económicos que pudieron anteceder a una transformación substancial, el testimonio directo permite una identificación inmediata del lector con el hecho relatado. En la medida en que las acciones humanas se reconocen en primer término por su intención, por el hecho de incluir proyectos, cálculos, perspectivas, sólo el testimonio de quien ha vivido una situación, como actor o espectador, permite atribuir con razonable seguridad intenciones, motivos, planes y proyectos a los personajes del pasado, y por ello hacen que uno sienta, al menos a primera vista, que comprende lo ocurrido.



Por supuesto, el testimonio no es irrecusable. Los españoles miran a los indígenas desde su propia situación, limitados por la dificultad de comprender unas culturas muy diferentes de la suya y por prejuicios religiosos o raciales. Los personajes políticos del siglo pasado, inscritos en partidos que eran casi religiones, atribuyen sistemáticamente a los amigos un desinterés y una pureza que contrasta con la corrupción o el egoísmo del adversario; los empresarios no logran colocarse en la situación del obrero que hace huelga, por lo que ésta, a pesar de ser descrita por un participante, se ve como un hecho puramente exterior.



En Colombia, por lo demás, no existe una tradición arraigada de registrar en forma privada los acontecimientos. Para el período colonial los cronistas y los informes de funcionarios del Estado o la Iglesia son la forma casi única de registro de hechos y sucesos. El diario, ese género tan extendido en Europa, aparece a finales de la colonia y se extiende a la época de la independencia, pero raras veces es algo más que un simple recuento externo de acontecimientos, de poco interés literario y no muy revelador: el más extenso de todos, el Diario político y militar de José Manuel Restrepo, es un espejo de la prensa, y poco dice que no pueda encontrarse en los documentos públicos de la época. En los casi ciento ochenta años de vida independiente se cuentan con los dedos de la mano los diarios, usualmente obra de personajes políticos, raras veces de hombres de cultura o de empresarios.



Tampoco es género muy frecuente el de las memorias, qué también es casi un hábito profesional de los hombres públicos-de los cantantes a los políticos- europeos: ante una vida registrada sin interrupción por los medios de comunicación, la memoria es una oportunidad de mirar lo que usualmente la prensa calla: las maniobras ocultas, los aspectos más escandalosos de la vida privada, las frivolidades y vanidades del autor. Pero más allá de estas dudosas cualidades, es la visión de una historia desde el punto de vista, usualmente tan huidizo, de la subjetividad.



En Colombia las memorias, como los diarios, han sido ante todo políticas, desde las de varios militares de la independencia-como José María Caballero, José Hilario López o el general Joaquín Posada Gutiérrez- hasta políticos-como Salvador Camacho Roldán o Carlos Lleras Restrepo- y, en épocas recientes, empresarios y periodistas. Aunque a veces reveladoras, casi siempre se limitan a presentar con algún detalle hechos públicos, y la vida privada, la historia de las relaciones familiares o de las amistades, de las ideas y formas de vida, es de una piadosa sobriedad. A veces, las muy escasas memorias de personajes de menor cuantía –una maestra de escuela, un ingeniero de provincia, un falso cura- nos revelan más acerca de la mentalidad de una época que los más rimbombantes e inexactos recuerdos de un político.



Ante la pobreza de un testimonio que pudiera llamarse privado, estos volúmenes han dado un amplio espacio al reportaje de prensa y a la descripción de los llamados costumbristas, sin dejar de recurrir a los documentos e informes oficiales. Se ha querido presentar una secuencia de incidentes que quedaron registrados en la narración de un testigo presencial, desde la época del descubrimiento hasta la actualidad. Usualmente el documento es escrito al calor de los hechos, pero no siempre es así: en varios casos, el narrador recuerda, años después, lo ocurrido y en ciertas ocasiones, ante la ausencia de testimonios directos, se incluye algún documento relativamente cercano a los hechos, apoyado en las descripciones ya perdidas de los protagonistas.



Esta selección ha resultado, no tanto por designio como por la abrumadora presión del material mismo, algo escandalosa. Crímenes, guerras, revueltas y actos de violencia han sido, por una parte, de una frecuencia elevada en la historia de Colombia pero, por otra, han sido los acontecimientos que han estimulado a periodistas, narradores y participantes a consignar por escrito sus experiencias. Se ha tratado de balancear algo lo anterior con descripciones de la vida social, de la vida urbana o rural, de algunas aventuras económicas. Pero el hecho es irrevocable: el testimonio directo pone el énfasis en lo violento y lo pintoresco, y una historia que se apoyara exclusivamente en él sería de una inevitable unilateralidad.

De todos modos, este tipo de selección tiene la virtud de ser entretenida, y resulta de interés no sólo para los historiadores profesionales, sino para todo el público que se interesa por el pasado del país. (…)

JORGE ORLANDO MELO

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